Este pequeño ensayo es una manera de reflexión y autorrepresentación de mi encierro
durante la cuarentena obligatoria. Desgloso un checklist de mi diario personal, de las acciones que hicieron de mi confinamiento más llevadero.
“Un día más de aislamiento, una historia surreal, una historia más de ficción que todos
olvidarán cuando salgamos y pretendan que todo puede volver a la normalidad. Somos de memoria frágil”.
Durante el confinamiento, lo habitual para el mundo fue incertidumbre y caos. Nuestro
entorno cambió y nosotros también, lo establecido desapareció y lo que queda es
adaptarnos. Pero en realidad, ¿qué es sentirnos bien? ¿Es el conjunto de acciones, cosas o
personas que nos rodean? o es nuestra introspección y el agradecimiento del privilegio
frente a la situación?

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